Jane y Thiago, un claro ejemplo de llamas gemelas, han coincidido en más de una vida. Unidos por el destino y las circunstancias se volverán a encontrar mil veces más, aunque hasta ellos mismos lo eviten en alguna que otra ocasión, consiguiendo sólo atrasar lo inevitable. Horas espejo, señales, plumas, unidos por el hilo rojo del destino... Mismas almas, mismos rostros, mismos sentimientos, distintas situaciones y un mismo final.