-Hola, tu -se sentó en la cama, completamente despierta y con algunas gotas de sudor en su frente. El gato la seguía mirando y luego siseó haciendo que sonriera un poco. -No te caigo bien, ¿Cierto? Era verdad, ese gato no agradaba de ella y también había otra verdad en la cual recién caía en cuenta: Ella no tiene gato.All Rights Reserved