Severus Snape no esperaba encontrar a una niña de cuatro años acurrucada bajo un árbol de navidad. Y mucho menos esperaba, años después, tener al-niño-que-vivió pegado a él después de una cena en navidad. ¿Qué tipo de broma extraña era aquella? ¿Y por qué parecía no poder deshacerse de aquellos dos mocosos que, literalmente, le quitaban el sueño?