Froy se conoce a sí mismo, y desde el principio supo que pasar toda la madrugada observando el cielo con una completa desconocida, no acabaría para nada bien. Sabía muy bien lo que hacía, y aún así se quedó. Y ahora tenía que vivir con las ganas incontrolables de querer verla una vez más, de escuchar su voz. Pero a la vez, personas que le hicieron daño vuelven a aparecer una vez más en su vida. Él intenta seguir afrontando lo que le depara la vida. Problemas y más problemas lo invaden, aún así, le es imposible olvidarla. Por muy dañado que él esté, ¿Podrá aprender a quererla sin travesías en su corazón?