-Nunca me hará suya, o no realmente - sus palabras me encantaron, si, me encantaban los retos. -¿Por qué?- -No sería capaz de entregarme a un hombre de su categoría. - se me hizo imposible no sonreír. -¿Qué quieres apostar que serás mía?- esta vez quien sonrió fue ella. -Yo no apuesto - -Porque sabes que vas a perder. - Leandro Macintosh nunca había enloquecido por una mujer, y muchos menos por una que no sintiera nada por él, por eso le costó más que ser guapo para enamorarla. ¿Será un capricho pasajero el deseo de tenerla, o será un capricho eterno?
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