Los sueños sacan a la luz nuestros pensamientos más profundos, pero llega un momento en el que ya no eres capaz de recordarlos. Se te olvidan los sueños, las horas, los días y la noche y el día se vuelven la misma estación del año. JJ divaga en su habitación, se muerde las uñas y espera mensajes que nunca llegan. O quizás sí.