"¿Sabe lo mejor de los corazones rotos? Que solo pueden romperse de verdad una vez. Lo demás son rasguños." leyó ella mientras una pequeña sonrisa se posaba sobre su rostro confuso, su corazón latía con desesperación siempre al oír esas estúpidas historias de amor una y otra vez hasta tal punto que todo se volvió predecible, cerró lentamente el libro entre pensamientos sin poder entender cómo era posible romperse el corazón de verdad, su corazón sólo a sentido 3 emociones como mínimo en su corta vida, pero ninguno de ellos fue el amor real hacia otra persona. Cuando pretendía amar lo entregaba todo pero a los días aburría y como dicho esta, solo pretendía, pretendía sentir sin saber lo que era de verdad pensando en que tal vez un día el corazón lo haría por cuenta sola dejando de engañarse a sí misma, pero año tras año pasaba y una mujer se volvió. -Cuando nos damos cuenta de que realmente estamos solos es cuando necesitamos más a otros-suspiro ella mirándose al espejo tomando con sus propias manos sus mejillas para forzar una sonrisa pero obviamente ya cansada de esto dejó ir otro suspiro esta vez más escandaloso-Quiero estar sola con alguien más que quiera estar solo... Aun así La conexión es la vida; la desconexión, la muerte no? Que pasara si mi sufrir termina en 1 segundo? Un segundo... Solo eso bastaría para terminar con este dolor en mi pecho y un constante vacío en mi estómago - puso su mano en su espeso dejando ver una mueca de disgusto mordiendo tan fuerte su labio que por un momento sintiendo que este sangraría si sigue con tal acto, negó con la cabeza y con un acto rápido golpeo su cabeza sobre el vidrio sin romperlo por suerte.