Cuando Amaia era pequeña, sus padres le dijeron que su nombre significaba "final feliz" lo cual, en estos momentos, se veía muy lejano e incluso, imposible. Con diecinueve años, la vida le había demostrado que le gustaba arrebatar aquello que se quería. A través de recuerdos, nos contará aquel pasado lleno de alegrías y tragedias, como conoció el amor y al mismo tiempo, la agonía de la pérdida. Mientras que, en el presente, alguien ha vuelto y no está segura de que significará o si desea saberlo. "Cuando has perdido lo que anhelas, buscas aferrarte a lo que aún te queda"