La alegría y el festejo no se hicieron esperar al restaurar la casa de la familia Madrigal, pero alguien observaba desde la distancia temerosa de que si se acercaba sufriría de nuevo el rechazo del pueblo. Pero algo la hizo cambiar de opinión, pues escuchó el nombre de aquel que con su abandono arruinó su vida y la de su hijo. La mayoría de los personajes de esta historia no me pertenecen. Créditos al respectivo autor de la imagen de portada (me la robe de Google)All Rights Reserved