𝑺𝒊𝒃𝒊𝒍𝒊𝒏𝒐

Conforme mi cuerpo envejece, la sensación de estar atrapado en un cuerpo que no responde del todo se vuelve más aguda. Es como si mi mente, en lugar de envejecer junto con mi cuerpo, se estancara en un ciclo de pensamientos y emociones que no evolucionan. A veces, me siento como un espectador de mi propia vida, observando cómo el mundo a mi alrededor cambia mientras yo permanezco estático, atrapado en un tiempo que parece detenido.

He aprendido a enfrentar mis batallas en soledad, sin embargo, el peso de esa carga se hace cada vez más abrumador. La sensación de tener que llevar todo el peso de mis problemas sin ayuda alguna es asfixiante. Aunque intento mantener una fachada de fortaleza, por dentro me consumo lentamente.

Sigo aferrándome al viejo reloj de arena que alguna vez prometió la renovación del tiempo. Pero en el fondo de mi ser, siempre he albergado dudas sobre su verdadero poder. ¿Realmente puede este reloj devolverme lo que he perdido en el camino? La incertidumbre me consume, pero sigo sosteniéndolo, aferrándome a la esperanza de que algún día todo volverá a ser como antes...

( ¿Por qué si anhelo el avance, me niego a olvidar? Fácil, porque olvidarlo implicaría olvidarte a ti en el camino y eso si que no. )

Cada día me enfrento a la impotencia de no poder detener el inexorable avance del tiempo. La vida sigue su curso implacable, sin detenerse a esperar a nadie. Y mientras tanto, la angustia de perder lo que más amo se vuelve cada vez más aguda y desgarradora. A veces me pregunto si algún día podré romper este ciclo, si podré encontrar la fuerza para cambiar mi destino y recuperar lo que he perdido en el camino. Pero por ahora, solo puedo seguir adelante, un día a la vez, enfrentando mis demonios internos mientras lucho por mantenerme a flote en este mar de incertidumbre.

-Michael and Dale.