Como la isla de DuPont Marie Havre, con sus aguas azules y extensas, no hay ninguna otra en el planeta. Aunque buscaras de manera incansable, regresarías a este pedacito de tierra rodeado por mar y es que, la salinidad en el aire y el amor que se desplega en la tarde de la isla de DuPont Marie Havre... no existe en otro sitio. Historia del amor de la chica del vestido naranja.