Adriano no es un Dios Griego, aunque para muchos es eso y lo que le sigue. Sus padres aun lo ven como todo hijo de millonario que en conclusión termina siendo perfecto. Aun no se imaginan lo que hay detrás de todo ese dinero y como Natasha una joven prometedora, pero sin futuro en su mente, queda perdidamente enganchada a su parte más oscura y que muchas describen de peligrosa. Serán nuestra adicción a lo oscuro, mucho más que la ambición de amar y sobrepasar límites, ellos son ese sueño con el que me quiero despertar.