Aún cansada y exhausta por su trabajo, eso no le impedía ir todos los días hacia su lugar personal. Ahí su confidente de cabello dorado la esperaba con una sonrisa y un libro en la mano, Kokomi miraba los labios del chico para esperar el momento en que ellos le leyeran una historia nueva para ella. Advertencia: 1-. Los personajes y las imágenes usadas no son de mi autoría. Créditos a sus respectivos autores.All Rights Reserved
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