Dibujó con sus ojos el contorno de los labios de ella. Carnosos y apetecibles. La chica, sin notar que la observaban, sacó la punta de su lengua y repasó su labio inferior con ella. Y allí, la rubia quedó mas hipnotizada de lo que ya estaba. Porque mientras su consciente aclamaba un hombre, su inconsciente aclamaba a una mujer... Y esa era única y exclusivamente ella. Ella era la dueña de sus pensamientos. ¿Y como dejar de querer lo que empezaste a querer sin querer? ~No copias ni adaptaciones. ~Todos los derechos reservados.