-Hola, preciosa. Al fin te encontré -habla mirándome de arriba abajo con media sonrisa. -Qui... ¿quién eres? -mi voz sale temblorosa. -Tu dueño -dice con una sonrisa divertida, lo cual hace que un escalofrío pase por toda mi columna vertebral. Pero ¿quién se cree este idiota para decirme que soy suya? -¡Yo no soy de nadie! -La realidad es esa, yo no tengo su nombre tatuado en alguna parte de mi cuerpo como que para que el venga a decirme eso. -Sí lo eres, Alexia - asegura, la sola forma de hablarme me da miedo. -Solo mía -añade en tono seductor dando pasos hacía mí con una sonrisa pícara. -Aléjate -susurro retrocediendo. No veo en que momento llega hasta a mí, con una velocidad sobrehumana. -¡No me toques! - grito, intentando soltarme de su agarre. - Shh... Tranquila, eres mía, Alexia, así tú no quieras me perteneces y ahora mismo te vienes conmigo. Año de publicación: 2016. Historia 100% mía. No acepto copias ni adaptaciones. Evita problemas legales.