Esta es la historia de Jimena, una mujer que se hace llamar "la granada" y aquí te voy a contar la razón.
Jimena era una mujer muy apasionada y sensible, pero a la vez, algo de lo que no se había dado cuenta era de lo fuerte que podía llegar a ser. Cayó en las redes de un gran conquistador, el tan apuesto y amable Pablo, quien resultó ser un impostor.
Nuestra historia comienza cuando Pablo y Jimena se conocieron en un evento de verano gracias a un amigo en común. Bastó la presentación y un rato de plática para que a través de ambas miradas se percibiera que entre los dos existía el pensamiento de que algo más ocurriera.
Las salidas comenzaron y los besos no se hicieron esperar, hasta que llegó el momento en que la verdadera cara de Pablo se comenzó a revelar.
Como en los tiempos de ahora la frase "yo no busco nada serio" salió de su boca, y como una especie de "contrato" propuso entre los dos se estableciera. Sólo salidas, todo de manera casual, sin compromisos de que cada cierto día se vieran. Jimena, con tal de no perderlo accedió a aceptar estas condiciones y se fue a casa sin pensar que al haberse obligado a participar en tan vil plan iba a comenzar a perderse a sí misma.
Día a día las cosas eran muy distintas, ya no había citas ni plática, sólo palabras vacías. Jimena seguía aferrándose a la nada, a lo que parecía imposible que algún día cambiara. tarde en solitario. Y con todo el dolor de su corazón, tal como una granada, a poco más de 4 segundos, explotó.
Dentro de ella sintió como como ese potencial de daño se incrementaba, después de haber estado meses evitando la realidad que frente a sus ojos estaba. Tantas palabras, pensamientos y emociones que había callado, por el temor de que ese hombre a quien ya se había atado, saliera de su vida... saliera para siempre.