Martín Santomé, viudo con tres hijos en vísperas de su jubilación, comienza a registrar en un diario intimo su vida gris y sin ningún relieve. La vida cotidiana de la rutina oficinesca y la de un hogar desunido y crispado se verán alteradas cierto día, cuando irrumpe en su opaca existencia la joven Laura Avellanada, nueva empleada a sus ordenes, Y ese cincuentón, hombre mediano pero no mediocre, consciente de sus limites y su desgana, decide abrir, casi sin proponérselo, un paréntesis luminoso.