La ley de Murphy dice que si algo puede salir mal, entonces saldrá mal. Nathan no confiaba en esa ley, pero su mejor amiga decía que solo por llevar su apellido, era segura, y él nunca podía llevarle la contraria. Había estado enamorado de Britanny Murphy durante los últimos siete años, pero por miedo a no dañar la amistad entre ambos decidió dejar salir sus sentimientos en cartas que nunca pensó entregarle durante San Valentín. Pero Britanny descubrió una de sus cartas y nada salió bien. Nathan debe encontrar la manera de hacerle ver que la quiere más que a nadie, aunque tenga que enseñarle las siete cartas que le ha escrito durante todos esos años. Aunque tenga que pasar por alto una vez más la estúpida ley de Murphy y enfrentarse a su mayor miedo.