¿Cómo terminé haciéndole caso a más consejos de un perro que tiene complejo de cupido? Bueno, creo que para eso debo explicarte: Imagina que despiertas luego de una siesta de tres horas que sentiste como dos años. Tu perro te empieza hablar contándote qué hay un chico nuevo igual de raro que tú en el vecindario. Para ser más específico, cruzando la calle, frente a tu casa. ¿Lo peor? Es que le entiendes fuerte y claro. ¿Aún más peor? Que no es lo primero que piensas. El vecino «raro» del que hablaba tu perro es quien usurpa tu mente en esos momentos. Sí, eso acababa de pasarme a mí. No sabía si preocuparme por entender lo que decía mi perro, sentirme ofendido porque me dijo raro o colocarme a su lado y chismear por la ventana al nuevo vecino. Supongo que lo primero y segundo pueden esperar, hay que saber elegir tus prioridades en la vida, ¿no?All Rights Reserved