Tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Sus manos parecían haber sido hechas como piezas exactas para encajar una con otra, con los dedos entrelazados y mirando a la misma dirección.
El amor es así, y lo peor es que no te das cuenta de que te estás enamorando hasta que no hay vuelta atrás. ¿Cómo saber si estás enamorado? Es fácil, si de pronto te encuentras sonriendo de la nada al pensar en esa persona, estás enamorado, no hay vuelta atrás, estas perdido, y es lindo perderse de esa manera, perderse en esa hermosa sonrisa, en esas platicas a media noche, en abrazos, en besos que te llegan hasta el alma, en juegos de niños, perderte en esa persona, y volverla arte, con esa belleza que no muchos entienden, y al verla también la haces poesía, y te das cuenta que esa persona es el mejor poema que existe.
Y a veces da miedo, volverte tan débil con solo verle a los ojos, y no logras comprender como es que una persona puede causar tantas cosas en ti, pero el amor no se comprende, se siente. Y te has enamorado si mientras lees esto piensas en esa persona, recuerdas cada momento, cada beso, cada abrazo, y te das cuenta de que te hace el ser mas feliz sobre la tierra.
Hasta querer estar, juntos hasta el final.
En la cima de la montaña, el aire es más frío y el silencio más ensordecedor. No es solo la nieve la que cae en el descenso, también lo hacen las certezas y los miedos. En el mundo del snowboard, cada salto es un riesgo y cada curva puede cambiarlo todo.
Sue Harper ha pasado su vida deslizándose entre expectativas y sueños, buscando algo más que aplausos: la certeza de que su lugar en la cima le pertenece. Pero cuando la línea entre la ambición y los sentimientos se vuelve borrosa, el verdadero desafío no está en la pista, sino en mantener el control cuando el corazón quiere lo contrario.
En un espacio donde la lealtad, la rivalidad y la libertad chocan como avalanchas, aprender a confiar puede ser más peligroso que cualquier caída. Porque el hielo guarda secretos, y a veces, lo más difícil no es llegar arriba... sino no perderse en el camino.