Dara es una chica de 17 años que vive en América Latina, Canadá, tiene los ojos de color celeste, con verde y gris de parte de su madre (Latina, quien ya no esta), son un poco grandes, pero de igual forma están ligeramente estirados hacia atrás, un rasgo coreano de parte de su padre (Coreano).
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Recuerdo los días en la escuela primaria, fueron los peores de mi vida.
Por dios. ¿A quien engaño? toda mi vida fue horrible. Desde niña me burlaban, me golpeaban, me lastimaban sentimentalmente,¿Y todo por que?, por no ser igual que ellos
La sociedad era y sigue siendo así. Si no eres como ellos quieren que seas, no eres nadie.
Lamentablemente yo estaba integrada en el grupo del "Don nadie", pero me daban otros apodos, otros no muy agradables. Era horrible ver como tus compañeros de clases te decían cosas como "Fea" "Tonta" "Ojos raros", si, Ojos raros también. La mayoría se burlaban de mi color de ojos, simplemente por no ser como el de ellos.
Mi padre siempre me decía "No debes llorar por eso, eres especial y única, ellos solo sienten envidia" Pero yo no me sentía así, me corrijo, me sigo sintiendo una completa basura.
En ese entonces creí, que si cortaba mi flequillo un poco mas abajo de mis ojos, ellos dejarían de burlarse de ellos, de los ojos de mi madre, pero en ese momento era muy ilusa como para darme cuenta de que eso ocacionaria mas burlas, pero como dije antes; Fui muy ilusa.
¿Mi padre?, el se había dado cuenta de todo, sabia que me decían cosas, pero mas que eso no. Seguramente entendió el porque de mi flequillo ya que no me había dicho nada acerca de el y esperaba a que no me dijera nada.
Los minutos, las horas, los días,meses, años..Todo.. pasaron en un abrir y cerrar de ojos
Hasta el día en que llegue a casa de la escuela
"Ese día" En el que mi Padre me dice:
—"Hija, necesitamos hablar"
Esas palabras, fueron las que cambiaron mi vida para siempre
Pero mas importante, Encontré el
Abbie tiene un problema y la solución está en la puerta de al lado.
¡Ella no ha hecho nada malo! Sin embargo, su excompañera de hermandad la ha puesto en un aprieto en donde su futuro universitario pende de un hilo.
Con el tiempo corriendo, pánico y una mejor amiga experta en dar soluciones, Abbie explora las opciones, pero no tarda en darse cuenta de que Damiano, el frío jugador de hockey y su ceñudo compañero de piso, es la respuesta.