—¡¡DIOS ALINNA!!, ¿Te estas escuchando?, suenas como una de las plásticas— Exclamo Rachel —, ya no te reconozco, creo que fue mala idea hacer este plan— —¿Sabes Rachel?, yo creo que me tienes envidia— le solté con cierto reproche —¿¡QUE?!— pregunto haciéndose la desentendida —No te hagas la mosca muerta— la acuse —Yo no me estoy haciendo nada, no se de que me "envidia" me hablas...— trato de defenderse —Por favor, quita tu cara de perra, ya estoy cansada de oír tus mentiras— le dije emitiendo un falso bostezo, ella no se inmuto y se quedo delate de mi, ya que ella no se movía decidí rodearla, pero cuando iba a pasar por su lado ella me tomo por el antebrazo —Recuerda bien mi nombre Alinna, porque a todos les llega el día bajar y cuando estés en el suelo, no pidas mi mano para levantarte- me amenazo con la voz llena de odio.