Shinomiya Kojiro era un hombre como ninguno. Era determinado y osado, nunca se daba por vencido, y siempre luchaba hasta el final. Era admirable.
Estaba cumpliendo sus metas, lo que siempre deseó con toda su ser, entonces, ¿Por qué se sentía tan vacío?.
Cuando lo consultaba con sus amistades siempre le respondían que era porque se "cerraba al mundo y no se permitía amar y ser amado".
Pero después de tantas decepciones amorosas, Shinomiya comprendió que no necesitaba nada de eso, él sólo quería cumplir sus metas y seguirse superando.
Pero el destino es un jodido dolor de huevos, que trae consigo un resultado inesperado.
Kojiro no planeó nada de esto, no planeó reencontrarse con aquel chico de cabellos rojizos y ojos tan amarillos como el sol. Aquel chico tan hermoso como una brisa fresca en un día caluroso. Aquel chico que despertaría ese sentimiento que había quedado en el olvido.
Shinomiya no planeaba enamorarse, no quería volver a hacerlo, tenía miedo de lo que llegase a pasar.
El destino es un bromista innato, el cual trajo a la vida del joven su mayor diversión: un amor que creía imposible.
Ahora sólo le quedaba luchar contra su suerte o...aceptar lo que pase.
"Será lo que tenga que ser".
Un futbolista y una futbolista, un viaje familiar a Ibiza, dos amigos de la infancia y un reencuentro.
¿Qué pasará cuando se den cuenta de que son la persona de la que siempre han estado enamorados?