Esto no es una historia en sí, sólo son mis pensamientos en mis momentos de frustración o bilis contenida plasmada en palabras. Esta "historia" la usaré para desahogarme mayormente, aquí soltaré probablemente insultos y palabras mal sonantes, sólo pura y sincera bilis, tal y como describe el título. Me gustaría que estuviese abierta a sugerencias entre otras propuestas vuestras sobre cosas que os desquician, o algo que no aguantáis de nadie. Aquí podréis desahogaros conmigo por comentario en las publicaciones que leáis, y por favor, no os olvidéis de darle a la estrellita si os ha gustado.
PD: Absténgase de entrar las niñas buenas que odian las palabrotas, van a misa, y no fuman porros, porque yo si lo hago, y no pretendo que esta historia abra un debate sobre lo que debo o no de hacer con mi vida. Por ello, si me vais a dar consejos del tipo "deja los porros" o "no pongas insultos" me limitaré a borrar esos comentarios sin leerlos si quiera. A los demás, que disfrutéis de mi bilis y que compartáis siempre la vuestra conmigo. Quizá publique alguno de vuestros escritos de bilis si me lo proponéis en esta página obviamente nombrandoos siempre.
Historia de Ovidio Guzmán López.
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No había forma de que un amor tan prohibido acabara bien, aún así Ovidio Guzmán y Atenea Salas creyeron el uno en el otro, o eso parecía...
En el amor y en la guerra lo que importa es la lealtad, cuando está se traiciona no queda más que pelear.
El le confiaba a ella su vida, pero no la de su familia.
Ella le confiaba a el su muerte, pero no la de su gente.
Un consejo de su padre nunca lo dejaría caer, de un ratón no solo tiene el apodo y su sangre Guzmán le daría la agilidad