Entre los mares de YuZhong había un leyenda magistral que se contaba sin dudar. La historia de un hombre que surcó los mares y se apropió de ellos como si fuera su verdadero señor. Aquel conocido como el Capitán Yiling, el Patriarca de los Siete Mares y el ser que se adueñó de los puertos de YuZhong sin fallar en un solo movimiento, tal solo para al final perderse en el mar para nunca más volver a tierra mortal. Las leyendas podrían aumentar como las millas y los mares, no había persona en esa tierra que supiera la verdad, que pudiera decir si el Capitán Yiling era solo una leyenda o un hombre de verdad. Después de todo aquella leyenda era tan vieja como el tiempo y la tierra, lo suficiente para ser recordada como solo una leyenda, un producto del colectivo imaginario. Pero la verdad era que había más, mucho más tras aquella historia. Y es que la verdad todo sobre el Laozu de los Siete Mares fue verdad. Tan real como las 3,000 memorias sobre el mar.