En los antiguos terrenos de Arabia habitaban varios reyes que abarcaban todo el lugar, se les conocía como los reyes sin corazón, pues ninguna persona más que sus allegados de hace tiempo lograron ablandar su corazón, por lo que no ninguno tenía reina, pero eso cambió pues llegó alguien que puso su corazón de cabeza, esta persona era un bailarin de vientre, cabellos negros carbón y ojos azules iguales que el cielo mismo, su nombre, Takemichi Hanagaki.