Wave Scott y Dorak Owen tienen una historia del pasado incompleta, y aunque ninguno de los dos tiene la intención de volverse a enamorar el uno del otro, la pasión vibrante entre ellos los lleva a cometer ciertos errores. Después de 9 años sin verse, sin hablarse y sin saber nada del otro, terminan mirándose como extraños. Secretos que no se deben decir en voz alta, frases de las que una vez nos arrepentimos de soltar, y las que no, que pueden ser incluso más importantes. El poder del silencio y el lenguaje de miradas, todo lo que para ellos una vez era importante se desvaneció en menos de un segundo. Se unen para toda la vida, sin importar que ya no saben si se amarán por siempre, porque las promesas ya fueron rotas en el pasado.