Siempre ocultándose en la música, Cath se ve obligada, una vez más, a dejar atrás las vacaciones y empezar un nuevo curso. Estaba acostumbrada a pasarse las largas horas de clase poniéndole caras tontas a su mejor, por no decir única, amiga Teresa. Pero, por asuntos de trabajo, sus padres se habían tenido que mudar a otro estado, por ello Teresa no podría ir con ella a clase aquel curso. Tendría que pasar las lecciones durmiendo, trabajando o ignorando a todos, así como tendría que pasar los descansos deambulando por los pasillos, con suerte haría algún amigo. Ese era el problema de Cath, era ignorada. A veces conseguía llamar la atención de algún estúpido, pero no eran conversaciones de su agrado, por así decirlo. Tendría que trabajar duro para no pasarse el año en las sombras. Pero, el primer día de clase se fijó en los nuevos, parecía que había llegado su oportunidad de nueva amistad.