Quién dice que no sabes cantar,
Quién dice que no sabes hacer rap,
Quién dice el punto al cual te puedes superar,
Quién te cuestiona hasta adonde vas a llegar,
Sabes lo que vas a lograr
Haz que nadie te lo vaya a quitar,
Que nadie te destruya lo que puedes soñar
Sorprendete de lo que eres capaz.
No esperes ayuda de nadie,
Solo sigue la corriente de tu sangre,
Sigue y no pares hasta que consigas sanar tu hambre,
No eres esclavo de nadie,
Y si no enseñame tu etiqueta y a la calle.
Dime de quién dependes,
de las personas que
quieren que hagas lo que ellos pretenden
de aquellas que quieren que sufras hasta rayarte la mente,
te parece una barbaridad, pero es la cruda realidad,
para el bien y para mal, la vida pasa y pasa y no quieras
saber el final.
Sabes lo que vas a lograr
Haz que nadie te lo vaya a quitar,
Que nadie te destruya lo que puedes soñar
Sorprendete de lo que eres capaz.
Que nadie te diga lo que tienes que hacer,
No quieras sentirte apresado otra vez,
O encerrado en la oscuridad de tu cabeza,
Llena de arrepentimientos y de tristeza,
Consumido por el agobio y la pereza,
De verte disfrazado en la belleza,
Ocultando lo que eres ,
Y disputando lo que vales,
Pensando en tus amigos pensando que son reales,
Mientras que lo único que haces son copias ilegales,
De ti mismo y lo aceptas con pesimismo,
Y ya te lo digo, fíate de ti mismo llegaras a tu destino,
Hazme caso y sigue el buen camino,
No vayas para rendirte,
Ve para conseguirlo
Como cada vez que consigues pasar ese muro,
Que te impide ser lo que quieres ser,
Que te influye en lo que tienes que hacer,
Dicho esto, de ti me despido amigo mío,
Sigue tu camino y recuerda se tu mismo….
Si alguna vez sentiste que no podías más, si te rompieron el corazón, si confiaste a ciegas y te apuñalaron por la espalda, si creíste que después del dolor no había nada más, este libro es para ti.
En Valentía II encontramos el reflejo de alguien que supo abrazar el dolor y convertirlo en vuelo, como un colibrí renaciendo después de una noche fría de invierno. Kelbin, una vez más, abre las puertas de su alma para mostrarnos que cada caída no es más que un impulso para ser valientes y continuar.