Todo empezó de la manera más inesperada y hermosa, es increíble como dos mundos diferentes solos e interesantes se conocen y pueden hacer uno solo. Él no era comediante, pero la hacía reír siempre, a todo momento cuando ella necesitara, no era doctor, pero sin darse cuenta la curo de toda soledad, sentimientos malos y necesidades de tener a alguien quien la escuchara, estuviera con ella apoyándola y haciéndola creer que puede todo. Todo pasa por algo, y él era el motivo por el que ella quería seguir un rato más y aguantar todo dolor al que se le enfrentará, ella era un motivo para que el creciera en todo, lo hizo creer en el amor verdadero y sincero, y el amor sincero no es estar con ella todo el día, ni verse diario, el amor verdadero es estar con esa persona en los momentos que más lo necesite, es estar con ella haciéndola reír, recordarle todos los días cuanto la amas y la seguirás amando, es apoyarla en todas las locuras que se le vengan a la cabeza aun así sean ridículas pero con tal de verla feliz lo haría, y no dejarla sola,
El mundo a veces es malo y egoísta, piensas que todas las personas están en tu contra y muchas veces te dan ganas de rendirte, pero, así como hay personas malas hay personas que harían todo por ti, que son mejores dando consejos y que siempre estarán de tu lado. Yo soy Addison Brown y esta es la historia de cómo el amor de mi vida hizo todo con tal de verme feliz.
A veces estamos segados al amar, creemos que nos dan todo cuando en realidad nunca nos dan nada, damos mucho y no recibimos ni la mitad de eso, es como si nos dieran una sola estrella cuando merecemos toda la galaxia.
La noche empezó como una simple apuesta entre colegas. Un grupo de cirujanos, extenuados por la rutina del hospital y en busca de algo que los sacara de la monotonía, decidieron jugar al Juego de las Llaves . Todo era emoción y nervios entre copas, hasta que la suerte jugó una mala pasada.
Cuando llegó el momento de emparejarse, los rostros se llenaron de confusión: por un error.