Es de madruga... el bar esta casi vacío y no es de su estilo, la música no es ni remotamente semejante a sus gustos... pero no le importa, porque no vino ni por el lugar ni la compañía ni por la música, solo busca ahogar sus sentimientos en aquel liquido ámbar hasta perder la conciencia... hasta olvidar a aquel que ha dejado un desastre en su mente y un hueco en su corazón.