Él está perdido. La muerte se cierne sobre él sin descanso en cada vida que le ha tocado vivir. Ella sufre en silencio, en la agonía de un recuerdo de lo que nunca podrá poseer. Él no la recuerda en absoluto, pero reconoce la melodía de su voz por encima de todos los sonidos existentes. Ella recuerda demasiado, y la corroe la culpa de ser la causante de sus propias desgracias. Sus caminos están escritos sobre el papel de la añoranza, la melancolía y en sufrimiento con tinta de sangre. Sus destinos están sellados por una maldición irrompible que no logra aplastar ni siquiera la rueda del tiempo. Serán capaces de apagar el fuego que los ahogan sin compasión? O dejarán q las llamas crezcan hasta consumirlo todo a su paso?