-Vamos, princesita, que esperas? -Exclama la pequeña mientras le extiende su mano, para ayudarlo a levantarse-
El pequeño chico de rizos por primera vez en su vida sintió esas mariposas en el estomago, sus mejillas consiguieron un tono rojo leve, la miro con un brillo en sus ojos, un brillo que se volvería típico en el cada vez que viera a esa linda niña, acepto la mano de su amiga y los dos comenzaron a correr hacia casita.