Story cover for ¡Malditos sean los Todoroki! [©] by ShiroIgarashi7
¡Malditos sean los Todoroki! [©]
  • WpView
    Reads 235
  • WpVote
    Votes 18
  • WpPart
    Parts 1
  • WpView
    Reads 235
  • WpVote
    Votes 18
  • WpPart
    Parts 1
Complete, First published Feb 22, 2022
Mature
Un día caluroso, una atracción extraña y no hay nadie en casa, aparte de ellos dos. 



Enfermo. Sí, pero se me antojó y dije ¿Por qué no? Si no te gusta no lo leas, no seas masoquista y entres sabiendo que lo que hay no te gusta.

•Todos los derechos reservados. 

•No se aceptan plagios o adaptaciones sin mí permiso.
All Rights Reserved
Sign up to add ¡Malditos sean los Todoroki! [©] to your library and receive updates
or
Content Guidelines
You may also like
You may also like
Slide 1 of 10
Ojos Tristes (Bakutodo) cover
Sentidos cover
Mi Padrastro. (Katsudeku) cover
『Magic Rain』(Katsuki Bakugou X Oc) cover
En Nuestro Mundo (Bakugo x Male!reader) cover
I Want You [Tododeku] cover
Amor Dimensional (Aizawa X MaleocSeme) cover
Contrary. cover
Erase Her ゾごホ (Español) cover
tu eres mi mujer, mi Fuerza, mi todo. cover

Ojos Tristes (Bakutodo)

11 parts Ongoing Mature

Shoto Todoroki. Era su primer día de universidad. Nuevas personas, nueva ciudad, nueva casa, nuevo todo. Pero, como siempre... todo tenía que ponerse en su contra. Amaneció con fiebre. Primer día y con fiebre. ¿Algo más que pudiera suceder? Ojalá no. Desde el momento en que supo que su familia se mudaría, sintió una inquietud constante. No era tristeza ni emoción. Era algo más sutil, más incómodo. Como si su cuerpo supiera que algo iba a pasar ahí. Una mezcla rara entre expectativa y miedo. Aunque, si era honesto, sentía más miedo que otra cosa. ¿Por qué miedo? Porque volver a empezar era agotador. Porque lo nuevo siempre traía consigo el peso de adaptarse, de encajar, de fingir que todo está bien. Y él estaba cansado de fingir. Y porque, aunque el entorno cambiara, él seguía siendo él. Con sus silencios, con sus muros, con todo lo que evitaba decir en voz alta. Salió de casa arrastrando los pies, con la cabeza embotada y el cuerpo en protesta. La fiebre lo envolvía como una niebla densa, y cada paso se sentía como si caminara dentro del agua. Pero no pensaba faltar. No podía permitírselo.