Llega un día, en el que parece que nada te hará salir de esa rutina, o más bien de ese pozo en el que no ves una salida, pero llega ese alguien inesperado.
No es nadie, y va arrasando poco a poco con toda coraza que hayas sido capaz de crearte por todos los daños, o por el simple hecho de ver que tu vida es un desastre, y que nadie va a querer quedarse para sacarte de él.
Pero era tan inesperado, como inconscientemente deseado. Él no solo iba a darle sentido a todo lo que nunca lo tuvo, no solo venía para hacerme feliz. Iba a hacerme ver nuevo mundo, sin necesidad de moverme, solo, de quedarme
mirando a sus pupilas.
De la nada empezó todo, y cuando me quise dar cuenta, ya se había convertido en un '¿Para siempre, vale? Vale.'