Me encontraba mirándolo directamente, a esos ojos color esmeralda que me vuelven loca. Actuando indiferente mientras me resistía a no fijar mi vista en esos labios rosados y carnosos. Enfocaba mi vista en aquellos ojos que decían mucho más que cualquiera de sus palabras. Otra persona sólo veria unos simples ojos de color verdes, pero yo veo dos piedras preciosas en ellos. Pensaba para mis dentros que dichosa sería yo, si sus miradas fueran solo mías. Observaba lo perfectos que se admiraban a mi vista, cada vez que me perdía en ellos. Simplemente eran encantadores, y hacían que mis neuronas se alborotan. Claro que mi iba ser difícil decidirse cada pequeño misterio que guardaba en si interior y que aquellos ojos me expresan de la manera más hermosa posible. Me aprendí sus fracciones, casa que pude, sus expresiones, sus gestos, y sabía con solo mirarlo a los ojos como se sentía, lo comprendí y era mejor dejarlo ser feliz, no podía retenerlo. [...] -Mirame-le ordene y eso hizo-Mirame y dime qué de verdad me quieres-dije con un tono apagado-Mirame y dime que nunca te irás. -No te quiero...-desvío la mirada hacia mis espaldas y nuevamente me miró a los ojos-Te amo, pero... Y dicho eso lo interrumpí y borre mis lágrimas, lo miré a esos ojos verdosos, solté una sonrisa triste. -¿Te vas a ir, cierto?-solte decaída y me dedico una mirada -Lo tengo que hacer, pero volveré, tenlo por seguro. Dicho eso me dejó un beso en la frente y me abrazo fuerte. Lo extrañaré. No tiene jodida idea de cuánto lo hechare de menos. ¿Por que todas las personas importantes en mi vida se van? Por última vez lo mire a los ojos. Aquellos ojos que hacen parecer como si las estrellas no brillaran. Y pude ver que se sentía igual que yo, pero que era necesario, yo quería que fuese feliz, que cumpliera sus sueños y no lo voy a impedir. Te amo chico de ojos esmeraldas. Los que espero volver a ver algun día.