Si tuviera que explicarles a mis hijos el cómo llegamos a todo esto no sabría como empezar, han pasado tan solo dos meses del inicio de este infierno, dos meses en que mi vida dio un cambio de 180 grados. Yo era un chico de preparatoria común como cualquier otro, no destacaba en realmente nada, no tenia una vida muy interesante pero aun así era feliz gracias a mis amigos, éramos un grupo de 7 personas, muy diferentes el uno del otro lo cual hacía que congeniáramos muy bien. No nos preocupaba pensar en nuestro futuro, solo vivíamos el día a día intentando disfruta a máximo nuestras vidas.
Aparte de toparnos comúnmente la mayoría en la institución de la preparatoria teníamos la costumbre de una vez al mes ir a la casa de Melissa, pasar el rato, jugar, hacer de comer, cosas de chicos de preparatoria vaya. Todo era tan bonito y normal hasta aquel fatídico día.