No era un zombie, era un chico sin ánimos, vacío y sin ningún anheló.Todo paso muy rápido para el, a tal punto de estar así, ¿Acaso el destino estaba en contra suya? o ¿Por qué no podía salir de esto?.No tenía idea, solo sabía que estaba apunto de acabar con su vida. Pero el destino era muy caprichoso, muy berrinchudo ambos se encontraron en su peor momento, ambos se miraron y el viento junto sus desgracias, sus gemidos y sus vidas. - Salí de un funeral, y ahora estoy vivo Cariño.