Chat Noir no podía caer en la belleza de una mujer y mucho menos por la tentación de conocer el dulce sabor del deseo y la lujuria. Mucho menos si ese era el mismo sabor de la cual él había probado y fue castigado en su vida pasada, la misma donde debía entregar su vida para salvar a la que él aseguraba amar. Marinette sin siquiera tocar los labios de un chico podía saber lo que sentía al hacerlo, aquellos sueños que ella tenía quería que fuesen realidad. No quería mojar la cama sola, quería que alguien real la provocara y mostrar su otra cara de la moneda, donde era una Marinette totalmente diferente. «¿Qué pasa si no sigo las reglas? ¿Qué pasa si ya no decido quedarme aquí? No quiero ir al cielo si el infierno significa estar a su lado»