A Bam le gustó Khun desde la primera vez que lo vio. Le gustaban esos ojos color índigo, la suave cabellera azul que caía sobre la frente del mayor, su piel blanquecina, su contextura delgada y atlética, esa voz profunda que no titubeaba al decir su nombre y la mirada confusa que le lanzaba cada vez que Bam traspasaba su espacio personal. Pero lo que más le gustaba a Bam era saber que Khun Aguero Agnis estaba prohibido.All Rights Reserved
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