K odia a Da Vinci con todo su ser, hasta que viaja en el tiempo y tiene la oportunidad de odiarlo aún más. K es un tipo normal: tiene una plantita en su casa a la que riega con cariño, un casero molesto... y una obsesión enfermiza con la figura de Leonardo Da Vinci, al que culpa de todos los males de su pasado. Nada le gustaría más que saldar cuentas con él, pero se contenta con quejarse porque sabe que eso es imposible. Al fin y al cabo, aquello que ya ha sucedido no se puede cambiar. ¿O quizá sí