-Cuando te conocí, estabas... completamente roto. Kazuha asintió lentamente, mirando el suelo. No parecía que le gustara escuchar sobre su pasada debilidad. -Pero cuando volví a verte, cuando apareciste en el campo de batalla... -continuó Gorou, hundido en sus recuerdos-, fue como ver otra persona. Verte fue como un torbellino, te veías tan fuerte, rápido y audaz. -Supondré que es un halago -rio Kazuha suavemente. -¡Lo es! -agregó rápidamente el comandante-. Te veías... increíble.