Fue en un bello atardecer cuando la oscuridad y la luz, por fin pudieron coincidir. La luz tomó un pequeño papel que tenía guardado dentro de unos de sus bolsillos. Sonrió con delicadeza y comenzó leer: »—No vayas detrás de tus pasiones, tus deseos refrena… —Antiguo testamento —dijo la oscuridad, levantando una ceja. La luz asintió. —¿Es un consejo, luz? —Lo es, mi querida oscuridad. La oscuridad tomó la mano de su adorada luz. —Cariño, tú sabes que no quiero ser Jesús. #Nota de la autora: Iluminar tu Oscuridad, es una historia corta, escrita para el desafío "Pecados y virtudes Watty", que fue organizado por Premios Watty. Y la virtud que me tocó para poder desarrollar en 5K palabras fue la templanza.
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