A sus 15 años le diagnosticaron cáncer. Desde entonces, Marela Alfaro no ve más colores, solo tonos grises. El desánimo y la depresión entraron en su vida para quedarse. Pero un día, su mejor amiga decide hacerse su primer tatuaje. La obliga a salir de su casa y es ahí cuando conoce al tatuador que le pintara la vida.All Rights Reserved