Justo cuando el guerrero cree que ella va a caminar en silencio alejándose como si nada, la pequeña criatura se da la vuelta encandilándolo con su mirada grisácea. Llega a la conclusión rápida de que sus ojos no son como las estrellas, en realidad, son como galaxias lejanas en el universo que brillan con intensidad en los cielos de los más oscuros desiertos. "Mi nombre es Mikasa." Ella lo mira curvando las comisuras de sus labios hacia arriba, con su arco de cupido tan pronunciado y tan... apetecible. "La diosa del amor y la belleza... o es lo que me suelen decir." "Eren." Dice él presentándose luego de unos segundos que le saben a eternidad. "Dios de la guerra." Arte: florecilla65_