Después de años siendo inseparables, superando juntos sus trágicos pasados que los llevó al orfanato Lullaby, Lia fue separada de su mejor amigo, Asher, quien acababa de ser adoptado por una familia adinerada que apareció de repente. Nunca se habían dicho que se amaban, tal vez por el simple hecho de que no tenían claro qué era el amor. Pero ahora, no tendrían oportunidad de decírselo al otro, y debían afrontar el hecho de que no podrían tal vez incluso volver a verse. Lia sentía que ella no era nada sin él, pero pronto comprendió que debía seguir adelante, y descubrir qué era lo que ella realmente quería para sí misma. Jamás imaginó que después de aprender a soltar el pasado, volvería a encontrarse con Asher, y que todos esos sentimientos de años atrás, ahora sabría reconocerlos como algo demasiado poderoso.