Las costumbres y rutinas son algo que nos atan los pies al suelo. Para algunos, puede ser seguridad. Para otros, esclavitud. Incluso hay quien lo ve como una oportunidad o algo de lo que sacar provecho. Tanto Abby como Santa son personas de rutina, ya sea por seguridad o por comodidad. Pero desde el momento que se cruzan, el concepto cambia. Cada atardecer juegan a su juego. Cada atardecer comparten su café. Cada atardecer, en el banco de piedra frente a los toboganes y columpios. Aunque hay situaciones capaces de destrozar los planes a cualquiera.