Epilogo:
Era una noche lluviosa, desde dentro se podían escuchar los
sollozos de la gente sin hogar, ya no lo aguantaba más. Salí de mi casa y la
fui a buscar.
Los pasos que daba se sentían infinitos. Su “casa” era un
cartón tirado junto a una alambrada, sus sollozos eran los que más me llegaban
al corazón, sabía que eso sucedía por mi culpa, la vi; allí tirada dentro de su
“hogar” llorando por su desgracia, por su perdida, por mí. La mire a los ojos,
vidriosos, y le pregunté:
-¿Quién eres?
Me miro confundida y sin ganas de hablarme, me reconoció de
inmediato
-No soy nada… Mi Señor
Sus palabras atravesaron mi corazón, hasta que preguntó:
-¿Quién es usted, en cambio?
Por un momento me quedé estupefacto debido a su pregunta,
pero automáticamente y sin querer, le respondí:
-Lo soy todo
Se vio ofendida ante mis palabras, pero le explique
detenidamente:
-Yo lo soy todo y tú eres nada, sin la nada el todo no
existiría… Me complementas.
Sus ojos reflejaron un matiz de esperanza y mi
pecho se inundó de alegría
Recordó las palabras del médico "lo encontraron casi muerto" "es un milagro", abrió lentamente sus ónix observando a la nada, él no debería estar vivo, no merecía estarlo, había hecho demasiado daño, era un asesino, un criminal, apretó su puño con frustración recordando aquella vez en su infancia cuando se lanzó al precipicio "nadie en verdad desea morir" no, él en verdad deseaba morir, tragó pesado sintiendo lágrimas caer de sus ojos y rodar por su mejilla, él debía morir ¿Por qué la vida se aferraba a mantenerlo en existencia?
*Esta historia es mia, prohibida su copia y reproducción*
*Naruto y sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto*
*Las imágenes que uso las tomo de internet, créditos a sus autores*