Incluso aquí l: EL LUGAR QUE CREÍ MÍO
Corina despierta en la Tierra sin saber cómo volvió.
Solo quedan fragmentos rotos de una vida que no recuerda del todo, una madre que guarda secretos imposibles y un símbolo que comienza a manifestarse en su piel. Todo parece igual... excepto ella.
Sus sueños cambian. Su percepción también. Y hay una presencia que la observa desde un lugar que no entiende.
Pronto es enviada a una base espacial junto a otros jóvenes elegidos por razones que nadie explica. Allí conoce a Julián, su acompañante sarcástico; a Alina, una presencia cálida entre el caos; a Miles, alguien que parece conocerla demasiado.
Pero es Hans, un prisionero de la raza enemiga, quien la desconcierta. Él no la odia. La llama por un nombre que nadie más recuerda.
Mientras recupera memorias -algunas suyas, otras no-, Corina descubre que su cuerpo murió tras un evento devastador. Solo su mente sobrevivió. Fue reconstruida... pero ya no es del todo humana.
El símbolo que lleva es un sello. Una advertencia.
Y Clara, la comandante, lo confirma: Corina forma parte de un experimento interdimensional.
Su hermano guarda un sacrificio.
Su padre -que no es humano- guarda la verdad.
Entre traiciones, recuerdos compartidos y una conexión prohibida con Hans, Corina lo entiende:
no fue creada para vivir, sino para liberar algo que nadie puede controlar.
Pero ella no quiere ser un arma. Ni una salvadora.
Así que elige romperlo todo. Incluso con quienes ama.
Al final, no obedece.
No cumple la profecía.
Elige su propio camino. Aunque eso signifique perderlo todo.
#Wattys2025