24 de abril de 1989, Nada parecía estar tán mal, Los niños aún jugaban en el parque. Y ahí estaba Ella, tan helada, tan fragil, tan distante, tán ella. Me encantaba ír y apreciar la manera en la que sólo jugaba con las hojas de los arboles. Hacía que algo dentró de mi se sintiera genial, Y no, esa cosa no era mi pene. 24 de abril de 1990, Ella aún conservaba su vestido, y yo sólo mis calsoncillos, Nos damos un momento para capturar los cuerpos desnudos el uno del otro, Después sólo las cosas se dan.